19.12.18

Predilección

Me gusta tu raciocinio maldito e insolente
Multiorgásmica de ideas
Ajedrecista sobre tus tacones

Me gusta tu pasión al borde del risco
Que signifiques todo con tus manos
Me gusta tu emoción amaneciente

Me gusta esa voluntad acorazada
Tu convicción sublime y hermética
Que mi entrada cueste la razón

Me gustas tú ahí y yo contigo
Todo lo demás no importa más
Que esta banda sonora de nuestra vida

El vértigo de Eros - Roberto Matta

18.12.18

Oficinista (La vida acá adentro)

Acá adentro somos el aletear del ventilador
La taza de café a medio enfriar
Un lápiz recostado sobre el papel adormecido
El clima de varios años sin estaciones.

Acá adentro vemos el sol enrejado en aluminio
La fotografía de un pariente made in China
La mesa lista para recibir nuestras yemas sudorosas
El papelero lleno de fantasías inadmisibles.

Acá adentro empuñamos nuestras patas de gallo
Lanzamos con furia un dislike obsoleto
Nuestra vida se parapeta contra la silla
Blandimos, valientes, las espadas de plástico.

Acá adentro somos el tiempo sin piernas
Nos quedamos soñando con estar allá afuera
Mientras damos, importantes, nuestro aporte
A cambio de un numerito en la cuenta corriente.

Mano con esfera reflectante - M.C.Escher

22.6.18

¿Cuánto queda de nuestros sueños?

La entrada del blog se encuentra vacía.

20.1.18

Esperanza

Nunca volviste por mí, destino
Y que conste que te esperé
Me quedé perenne, sentadito con la maternal esperanza arropándome
En el dintel de la puerta
Viví con mi ventana sin seguro
Dormí con dos veladores y bebí con dos copas
Allí estuve, donde siempre
Detuve mi tiempo
Lo suficiente como para que siempre fuese un ahora

Pero no volviste por mí, destino
Y por dios que te esperé
Encontré en la música lo que no pude contarte
Y ya no lloro, porque me sequé de intentos
Y ya no grito, porque me desgarré el alma
de tanto llamarte
Soñé con encontrarte en alguna esquina, frente a frente
Para cantarte a la cara todo lo que siento
Eso quise. Eso fue lo que más quiero

No volviste por mí, destino
Y aun me arde tanto tu idiotez
Que aprendí a resistir, a no buscarte
No nombrarte cuando aun volteo nervioso a cada esquina

Nunca volviste por mí, destino
Pero, solo por si acaso, aun tengo puesta una copa extra para ti