Palabrerías
Mi cuarto es tan alto como el techo de un mall
y tan extenso que hasta hace eco
Los libros y las copas duermen siesta en un rincón
Los parlantes lanzan música que rebota buscando algún oído
El idioma cómplice y juguetón permanece encerrado entre mis labios
La noche se desliza quieta
Enamorado de la soledad
enciendo como pedernal cuando me refugio